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Quien más, quien menos tiene algo de nervios cuando toca visita al dentista. Pero hay personas que lo que sienten es auténtico miedo a que les examinen, limpien y traten la boca. En este caso estamos hablando de ansiedad dental, un trastorno que, en su versión más severa, denominamos fobia dental, fobia al dentista, dentofobia u odontofobia.

La fobia al dentista es un problema muy serio porque te impide hacer un chequeo regular de tu dientes y encías. Incluso cuando te duele la boca, hace que retrases la visita al odontólogo hasta el momento en que el dolor es insoportable. Sin duda, no es la mejor estrategia para mantener una buena salud oral.

¿Cómo quitarme el miedo? Ésa es la gran pregunta. En este artículo te ofrecemos todas las claves de la ansiedad dental y de la fobia al dentista, y te explicamos cómo puedes superar este problema. Te decimos cómo no tener miedo. Si lo que te pasa es tan solo que vas al odontólogo con el estómago algo contraído, las pautas que aquí tienes también te serán útiles.

La fobia dental es la versión más severa de miedo al dentista

¿Qué diferencia hay entre ansiedad dental y fobia dental?

La ansiedad dental tienen diferentes niveles de intensidad. Cuando es más alta, hablamos de fobia dental.

Ansiedad dental

La ansiedad dental es el término que se emplea para describir el miedo, la ansiedad y el estrés que se experimentan en la clínica dental. Tener miedo puede llevar a retrasar las citas con el dentista o la realización de los tratamientos necesarios.

Los detonantes de la ansiedad dental pueden ser, entre otros, las agujas, los tornos dentales —una pequeña turbina que causa respeto a todos los pacientes— y la intranquilidad que el escenario en sí, es decir, la clínica, causa en el paciente.

Fobia dental: cuando la ansiedad dental es extrema

La fobia dental es la ansiedad dental más intensa. Se trata un miedo irracional: el resultado es que el paciente no quiere ni oir hablar de dientes ni de dentistas, y mucho menos desea poner los pies en una clínica dental.

Miedo vs fobia

Es una cuestión de grados. Hay quien va gustosamente a la consulta del odontólogo. Luego están quienes muestran cierto recelo a que les abran la boca y les exploren ahí dentro. Y, claro, hay una parte de la población que tiene miedo. El miedo puede ser moderado o puede ser intenso. En el extremo están quienes tienen auténtico pánico al dentista.

  • Miedo al dentista. Sientes miedo cuando algo te disgusta y, por eso, evitas ese algo. Pero no tiene por qué ser un sentimiento que tengas hasta que el detonante de tu miedo se manifieste. Es decir, puedes pasar más o menos estrés o ansiedad cuando estás dentro de la clínica, pero no antes de entrar en la clínica.
  • Fobia al dentista. En cambio, tienes fobia cuando tu miedo interfiere en tu vida cotidiana y, en este caso, en tu buena salud bucodental. La fobia dental es un tipo de trastorno de ansiedad, que causa unos niveles de angustia y de rechazo exagerados. Un miedo infundado impide que cuides tu salud oral como deberías.

El pánico al dentista afecta a la vida de quien padece esta fobia. Así, la mera idea de ir al dentista provoca pavor y pesadillas. El paciente se anticipa a lo que cree que será una experiencia negativa

Un miedo infundado, pero que te paraliza

Todas las fobias tienen en común que la situación que se anticipa como perjudicial es algo que no te va a causar daño en realidad. Sin embargo, no puedes evitar sentir y pensar que esa vivencia (ir al dentista) va a ser nociva para ti. Un miedo infundado te está paralizando.

El miedo al dentista afecta a un 20% de la población

¿Qué porcentaje de la población tiene miedo a ir al dentista?

Esta pregunta ha impulsado la realización de encuestas y trabajos de investigación. A partir de estos estudios, se estima que entre el 13% y el 24% de la población tiene ansiedad dental o miedo al dentista, y desconfía de las visitas a la clínica dental. En este porcentaje, claro, se incluyen las personas que tienen pánico al dentista.

¿Cuántas personas tienen fobia dental?

Un estudio austríaco asegura que el 2,7% de los hombres y el 4,6% de las mujeres tienen un miedo irracional a ir al dentista.

Esta investigación, del año 2013, se titula Can you read my pokerface? A study on sex differences in dentophobia. En castellano lo podemos traducir por ¿Puedes leer mi cara de póquer? Un estudio sobre las diferencias de género en relación a la dentofobia.

Este trabajo de investigación analiza los síntomas y las emociones que manifiestan hombres y mujeres con dentofobia. De ahí la utilización en el título del estudio de la expresión cara de póquer, que se refiere al inexpresivo semblante de los jugadores de este juego de cartas para no dar pistas a sus rivales.

Caja de cirugía de implantes dentales en Clínica Dental Galindo

Caja de cirugía de implantes dentales en Clínica Dental Galindo.

Causas del miedo al dentista

¿Te da miedo ir al dentista? ¿A qué tienes miedo? Los factores que causan ansiedad dental son diversos.

Experiencias pasadas negativas

Cuando eras un niño o un adolescente o, sencillamente, un tiempo atrás, te hicieron un tratamiento que te causó dolor o complicaciones. Y en ese preciso momento se desarrolló un miedo o una fobia que persiste en el tiempo.

El tono negativo de la vivencia también podría venir dado por la falta de empatía del odontólogo y de otras personas de su equipo.

Se cree que una mala experiencia en la silla del dentista en el pasado es la causa de buena parte de los casos de ansiedad dental. «Hay pacientes que sufrieron mucho dolor por una inyección cuando eran pequeños. Otros, por ejemplo, guardan un terrible recuerdo de la extracción de un diente de leche sin anestesia», explica Carlos Galindo, director médico de Clínica Dental Galindo.

Pensemos que incluso si solo has tenido experiencias positivas, puedes tener cierto estrés a la hora de acudir a la consulta. Así es más fácil hacerse a la idea de las secuelas psicológicas que puede dejar una intervención dental en el pasado que pudiste vivir de forma más o menos traumática.

Expectativa de dolor

Cada persona tiene un umbral de tolerancia del dolor diferente. Las intervenciones en dientes y encías se han asociado tradicionalmente con cierta cantidad de malestar y de dolor. Sin embargo, en los últimos años los procedimientos han tendido a ser más eficientes y agradables para el paciente: más indoloros —al ser menos invasivos, al haber técnicas más avanzadas y al usarse técnicas de sedación y la anestesia local— y con los mejores resultados.

Un paciente nunca sentirá dolor en la clínica, porque en las cirugías se utiliza la anestesia local. En todo caso, recordemos una idea muy importante: cada paciente tiene su propio umbral de dolor.

La turbina causa impresión y miedo a algunos pacientes

Agujas y herramientas características del dentista

¿De qué tienes miedo? ¿Hay procedimientos o instrumentos que te pongan en alerta? El miedo a las inyecciones es bastante común, y es causa de ansiedad entre pacientes de todas las disciplinas médicas, también la odontológica. El pinchazo más temido por quienes tienen fobia dental es el que se hace en las encías.

Además de las agujas, otros elementos que causan miedo y fobia al dentista son los instrumentos y herramientas que se utilizan en tu boca. Por ejemplo, la turbina o contra-ángulo, conocida coloquialmente como torno dental, cuyo ruido y vibración son una pesadilla para muchos, a pesar de que el odontólogo te garantice que la intervención va a ser indolora.

Sala de espera de Clínica Dental Galindo: la clínica debe ser acogedora

Las clínicas de hoy en día ofrecen una decoración cálida, agradable y acogedora.

El escenario de los tratamientos: la clínica dental en sí

La clínica dental, el lugar donde se hacen las revisiones y los tratamientos, es en sí una causa de estrés para muchas personas. No podría ser de otra manera si este escenario va asociado a malos recuerdos y a situaciones de estrés emocional en el pasado.

Por este motivo, las clínicas de la actualidad ya no exhiben en sus paredes fotos de encías deterioradas. Ahora se persigue crear un entorno agradable y lleno de luz, en el que no deben faltar algunas flores y relajantes elementos de decoración.

Por supuesto, la clínica dental también es el equipo humano que allí trabaja. Así que la empatía de estos profesionales, su sonrisa y su deseo de que te sientas cómodo y cómoda, son también elementos que contribuyen a que te sientas mejor.

Vergüenza por el mal estado de tu boca

Puede parecer ilógico, porque precisamente vamos al dentista para mejorar el aspecto y la salud de nuestra boca, pero el sentimiento de culpa por una boca mal cuidada puede alimentar la ansiedad dental. Está claro que el odontólogo está ahí para prevenir y para corregir todos los problemas que se manifiesten en tu boca y encías. De modo que no te dé reparo ni vergüenza mostrar tu boca al dentista: ése es su trabajo y ésa es su misión.

Miedo a recibir malas noticias médicas

Te duele un diente y las encías te sangran. Lo que para muchas personas es una señal de que tienen que pedir hora en su clínica de confianza, para otras son indicios paralizantes. Se quedan de brazos cruzados por miedo a recibir malas noticias.

También puede darse esta aprensión en caso de que no hayas ido al dentista en años.

Fobia dental: una de sus cararacterísticas es la sensación de pérdida de control en la silla del dentista

Sensación de pérdida de control

En la silla de la clínica, en una posición reclinada, con una capacidad visual limitada y a merced de lo que te haga el odontólogo en la boca, el paciente puede sentir que pierde el control de la situación. Esta sensación puede ser una fuente de estrés.

Se trata de una emoción que algunas personas definen como de estar atrapado o de indefensión. El profesional está explorando o haciendo un tratamiento en la boca del paciente, por lo que éste no puede hacer nada ni decir nada.

A este sentimiento también contribuye el hecho de que no puedas ver qué te están haciendo exactamente, porque no puedes ver el interior de tu cavidad oral.

Por otro lado, si tienes dificultad para confiar en otras personas, cuando te sientes sin capacidad de control el problema se agudiza.

Para muchos pacientes, es de ayuda saber que, en cualquier momento, si hacen una señal (puede ser, por ejemplo, levantar un brazo), el dentista va a hacer una pausa. La conciencia de este poder permite que el paciente recupere la sensación de control

Invasión del espacio personal

El dentista tiene que invadir tu espacio personal: no hay otra manera de mejorar tu salud oral. Sin embargo, para algunos pacientes, esta intrusión en su espacio vital aumenta la sensibilidad al asco.

Unas distancias tan cortas pueden ser causa de incomodidad y de miedo al dentista. Tengamos en cuenta que todos vemos la boca como uno de nuestros espacios más personales.

Trastornos de ansiedad y otros problemas psicológicos

Los trastornos de ansiedad pueden guardar relación con la ansiedad dental, y con su máxima expresión: la fobia dental.

La depresión y el trastorno por estrés postraumático también son detonantes del miedo al dentista.

Asimismo, las objeciones también pueden surgir por la ansiedad vinculada a otras condiciones, como agorafobia (miedo a situaciones en las que sientes que no puedes escapar), claustrofobia (miedo a espacios cerrados) o trastorno obsesivo compulsivo (TOC) en relación a la limpieza.

Miedo a la anestesia y a la sedación

«¿Me van a dormir?». Ésta es una pregunta que se hacen muchos pacientes cuando se programa un tratamiento o intervención. Y por dormir se refieren a dos conceptos diferenciados: sedación y anestesia local.

La sedación reduce la ansiedad del paciente y le puede hacer entrar en un estado de somnolencia. La anestesia local, en cambio, sirve para controlar el dolor: se trata de la administración vía intramuscular de un fármaco que bloquea las transmisión sensitiva. El paciente no siente ningún dolor.

Dicho esto, hay personas que temen que sus dientes y encías no estarán lo suficientemente adormecidas e insensibilizadas, lo que les hará sentir dolor.

Otros pacientes asocian la sedación y la anestesia a sentirse indefensos, sin control de la situación. Esta percepción les puede dar miedo a ahogarse, a atragantarse o a ser incapaces de tragar.

La realidad es que cuando se trata de los dientes superiores, solo se anestesia un diente individual. En el caso de los dientes inferiores, a veces la lengua o el moflete pueden sentirse hinchados. Pero lo único que ocurre es que pierdes la sensación en esas áreas, no la función.

En resumen, nunca te vas a atragantar o perder la capacidad de tragar cuando te anestesian

El paciente con miedo al dentista presenta síntomas e indicios reconocibles

Síntomas de la ansiedad dental

El paciente puede proyectar indicios y síntomas de ansiedad dental. Ahora bien, es responsabilidad del odontólogo y del resto de profesionales de la clínica preguntar al paciente cómo se encuentra.

Los profesionales de la clínica deben interesarse por el bienestar del paciente

Más allá de los síntomas y señales que pueda mostrar el paciente, un buen dentista debe preguntar a la persona si se encuentra bien y si hay algún motivo para su preocupación o incomodidad. En caso de que el paciente dental diga que siente inquietud o miedo, el odontólogo lo tendrá en cuenta para hacer que la experiencia médica sea lo más satisfactoria posible.

Tengamos en cuenta que algunos pacientes nunca explicarán por iniciativa propia que tienen miedo o fobia dental.

¿Por qué motivo ese silencio? Puede ser por miedo a ser ridiculizados, o a que sus miedos sean infravalorados, o simplemente por temor a mostrarse vulnerables. Hay personas que pueden sentirse avergonzadas o disgustadas por estos sentimientos de miedo.

También se puede dar el caso de pacientes que hayan tenido una mala experiencia con un dentista cuando se han decidido a exponer su miedo a los procedimientos dentales.

Por todo esto es tan importante que el dentista haga una pregunta muy sencilla: «¿Cómo te encuentras?».

Síntomas de miedo al dentista

  • Sudores
  • Latidos del corazón palpitantes y acelerados
  • Presión baja y posible desmayo (síncope)
  • Estrés visible en el rostro
  • Señales de un ataque de pánico
  • Negación: la persona puede utilizar el humor o una actitud agresiva para enmascarar su ansiedad

Indicios de miedo al odontólogo

El comportamiento del paciente en la sala de espera puede apuntar a un estado de ansiedad dental. Pero, insistimos, son los profesionales de la clínica quienes deben interesarse y preguntar al paciente.

Los indicios pueden ser:

  • Juguetear con dedos y manos
  • Estar sentado o sentada en el filo de la silla de la sala de espera
  • Pasar las páginas de una revista de forma nerviosa
  • Cambiar la posición en que se está sentado de forma frecuente
  • Sudar
  • Lanzar suspiros profundos o tener una respiración rápida
  • Hablar con un volumen alto
  • No dejar de ir arriba y abajo en la sala de espera
  • Reacciones de sorpresa o rápidos movimientos de cabeza al escuchar el menor ruido

El paciente debe identificar sus miedos para una experiencia médica satisfactoria

Miedo al dentista: identifica los motivos de tu ansiedad

«Tengo mucho miedo«, te dices a ti mismo. El primer paso que debes dar es identificar tus miedos. De esta manera puedes preparar un plan para tenerlos bajo control, con ayuda de los profesionales de la clínica y, en caso de ser necesario, de un psicólogo.

Si tienes miedo al dentista, es bueno que pienses cuáles son los detonantes de esa ansiedad. A la hora de identificar fuentes de estrés e intranquilidad, puede ayudar que lo pongas por escrito.

El equipo humano de la clínica debe mostrar interés por las preocupaciones del paciente

Equipo humano de Clínica Dental Galindo. A la izquierda, Jennifer Martínez. A la derecha, Jessica Bronchal.

Necesitas un odontólogo con empatía

Cuando tienes miedo al dentista, debes encontrar un dentista no solo con formación y con experiencia, sino también con empatía por tu bienestar y sentimientos. El odontólogo y su equipo deben disponer de pautas para que te sientas lo más a gusto posible en la clínica.

¿Cómo saber si la clínica se va a tomar en serio tus miedos?

¿Cómo saber si una clínica se toma en serio tu ansiedad? En la primera visita, que puede ser solo de prospección, debes comunicar a los profesionales tus miedos. Si la información que te dan no te satisface ni te tranquiliza, está claro que esa clínica no es la más indicada para ti.

Un buen dentista no te dirá: «No hay nada de lo que preocuparse». En cambio, se lo tomará muy en serio, e intentará entender tus recelos y ponerles remedio. El paciente debe pensar en estos términos: «Quiero saber qué van a hacer desde la clínica para que yo me sienta mejor. No quiero que se limiten a decirme que no va a doler».

Siempre debes comunicar tus miedos y tu ansiedad en la primera toma de contacto. Para saber si esa clínica es la que necesitas y para, en caso de que hayas encontrado los profesionales idóneos, que éstos puedan ponerse manos a la obra para que tu miedo o tu fobia dental no sean un obstáculo para conseguir una boca bonita y saludable.

¿Cuánto va a doler?

A muchos pacientes les ayuda que el odontólogo les diga qué sensación les causará el procedimiento o intervención. A pesar de que la práctica odontológica es cada vez más indolora y que se emplea anestesia, el paciente siempre puede notar más o menos la cirugía o el tratamiento después de que se hayan desvanecido los efectos de la anestesia.

Cuando se hace una intervención que puede causar dolor postquirúrgico, se prescribe al paciente una batería de analgésicos y antiinflamatorios.

Con esta información sobre la percepción del dolor, muchas personas ganan tranquilidad.

La decoración de la clínica debe favorecer la tranquilidad del paciente

Cómo tranquilizarse y cómo no tener miedo: consejos

¿Cómo quitarme el miedo? ¿Cómo no tener miedo? ¿Cómo tranquilizarme? ¿De qué manera conseguir vivir con calma una revisión, una limpieza o un tratamiento dental? Te ofrecemos un montón de consejos útiles.

La primera visita: una exploración

Si has retrasado tu visita al dentista por miedo, debes evitar que tu primera cita tras mucho tiempo sea un procedimiento complicado (a no ser que tengas una urgencia). La primera toma de contacto puede consistir en conocer al equipo de la clínica, o en un examen parcial de tu boca.

Controlar el miedo es así más sencillo. La idea es tomar la temperatura del agua, por decirlo de algún modo, y ganar confianza y seguridad. Para ello, lo mejor es ir poco a poco.

Cita en las horas menos concurridas

Si vas por la mañana, es probable que haya menos gente. Si hay menos pacientes, habrá menos instrumentos haciendo ruido que puedan catalizar tu ansiedad o tu inquietud.

Por otro lado, si la revisión o el procedimiento tienen lugar a primera hora, no te da tiempo a comerte la cabeza a lo largo del día hasta que llegue la hora de la cita. Y es que estás dando menos margen a tu cerebro para que pueda crearte un clima de ansiedad y preocupación.

Nota importante: no llegues a la consulta demasiado pronto. Sencillamente, llega a la hora. Es recomendable que no estés más tiempo del necesario en la sala de espera.

Amigo o familiar

Acude a la cita odontológica con un amigo o familiar, o con tu pareja. La compañía de una persona de tu entorno más cercano te da más confianza y disminuye tus recelos.

Llévate tu música favorita a la consulta dental para calmar tus nervios

Distracción: música o un ‘audiobook’

Si tienes miedo, un truco muy recomendable es ir al dentista escuchando con los auriculares, en tu móvil o en un reproductor de MP3, un audiobook —que sea divertido— o canciones que te hagan sentir bien. Relajarse y distraerse con música, en la sala de espera y siempre que la intervención dental lo permita, es un consejo que muchos pacientes dicen que les va bien.

¿Cómo quitar el miedo con la música? ¿Qué canciones son mejores para tranquilizarse? Sobre el genéro musical, poco podemos decir. Que sean canciones que te alegren y que te calmen, claro. Hay dilema sobre si tiene que ser una lista de reproducción de canciones favoritas, que hayan sido banda sonora de tu vida desde hace tiempo, o bien un álbum nuevo de un artista o grupo que te gusten, que seguramente te generará mucho más interés al ser la primera vez que lo escuchas.

Estar distraído es muy eficaz en los casos más moderados de ansiedad dental

Los ejercicios de relajación son aconsejables si tienes miedo al dentista

Cómo controlar el miedo con técnicas de relajación

Un ejercicio de relajación que se ha demostrado beneficioso para casi cualquier paciente con miedo es el de la respiración profunda.

¿Cómo controlar el miedo con esta técnica? Por ejemplo, el paciente puede inspirar un gran cantidad de aire de forma lenta, aguantar la respiración durante unos cinco segundos, y expulsar todo ese aire de forma lenta.

Una respiración lenta y constante durante 2-4 minutos aminora el ritmo cardíaco y disminuye la ansiedad.

Otra técnica destacable es la relajación muscular progresiva.

Los profesionales de la clínica deben estar pendientes del bienestar y tranquilidad del paciente

Ariadna Castro y Carlos Galindo, de Clínica Dental Galindo, en una intervención.

Una señal para hacer una pausa

Cuando el dentista es consciente de tu ansiedad, acordará contigo una señal (como levantar un brazo) para que puedas pedir una pausa. De esta forma sabes que sigues teniendo el control de la situación.

Decir-mostrar-hacer

Esta táctica está en la mano de tu odontólogo. La técnica del decir-mostrar-hacer contribuye a la tranquilidad de todo tipo de pacientes, niños y mayores.

El gran valor de esta metodología es que reduce la incertidumbre y aumenta la predictibilidad.

Primero, el dentista explica lo que va a pasar, los instrumentos que usará y para qué los utilizará (la fase de decir). Luego muestra a modo de ejemplo cómo hará el procedimiento (la fase de mostrar). Y, finalmente, lleva el procedimiento a cabo (la fase de hacer).

¡Todo ha ido bien! Date una recompensa

¿Ha ido bien la visita? ¿Tus dientes y encías lucen mejor, y has vivido la sesión con tranquilidad? Dejar de tener miedo está en tu mano, ¡y lo has conseguido! Concédete un premio. Cómprate ese libro, esa prenda de ropa o ese capricho que hacía tiempo que deseabas adquirir.

Fobia dental: la sedación facilita la realización de los tratamientos

Cómo controlar el miedo cuando hay pánico al dentista: tratamientos

Cuando la ansiedad dental se convierte en fobia al dentista o pánico al dentista, tranquilizarse es más difícil. Por eso puede ser necesario acudir a un profesional de la psicología, y emplear sedación y fármacos contra la ansiedad.

Ayuda de un psicólogo

Si el miedo es leve, el mejor tratamiento es ir al dentista. Pero cuando hay fobia dental, que es un trastorno de ansiedad, puedes necesitar terapia. Los psicólogos trabajan con la terapia de exposición, que consiste en irse exponiendo cada vez más, de forma gradual, al causante de tu temor. La idea sería que puedes hacer una primera toma de contacto con la clínica sin que te examinen. En una segunda, te pueden hacer una revisión parcial. Y así…

Relajante para ir al dentista

Algunos fármacos ansiolíticos alivian tus síntomas cuando estás siguiendo una terapia de exposición. Asimismo, te pueden ayudar a tratar síntomas más fisiológicos, como la presión alta.

Sedación

La sedación es de enorme ayuda para las personas con fobia dental. Se puede administrar por inhalación y por vía intravenosa.

Con la sedación, no te dormirás, incluso podrás hablar si es necesario, pero estarás relajado y en un estado de calma profundo.

Hay que evitar confundir sedación con anestesia. La sedación te tranquiliza (ayuda a vencer a tu miedo al dentista), pero no sirve para evitar el dolor de una intervención quirúrgica. Si te operan, te administran anestesia.

La sensación de dolor real es menor a la esperada por los pacientes

Dolor cuando vas al dentista: expectativa y realidad

Ir al odontólogo no es ni de lejos tan doloroso como esperas. En las últimas décadas, se han hecho muchas encuestas sobre las expectativas de los pacientes de los procedimientos más temidos, como endodoncias o extracciones de muelas, y sobre cómo se vivieron esos procedimientos.

La conclusión es que algunos pacientes prevén un dolor que luego no sienten en ningún momento.

Recordemos que, en los últimos años, los tratamientos han pasado a ser más indoloros, gracias a técnicas menos invasivas y gracias también al empleo de anestesia.

Miedo al dentista: los grandes errores del odontólogo

El odontólogo puede aumentar el estrés y el miedo del paciente si pierde una visión centrada en su bienestar y en sus necesidades.

Errores del profesional al afrontar el miedo del paciente

  • Pensar que todos los pacientes tienen el mismo umbral de dolor.
  • Creer que todas las personas perciben los procedimientos dentales de la misma manera.
  • Carecer de paciencia.

Ansiedad dental: características de un buen odontólogo

  • Empatía. Está sensibilizado con los sentimientos, inquietudes y dolor del paciente.
  • Calma y diálogo con el paciente. Se toma el tiempo necesario para asegurarse de que el paciente está cómodo.
  • Cesión de capacidad de control al paciente. El paciente debe poder indicar de alguna manera (por ejemplo, levantando la mano) que necesita una pausa en el tratamiento.

Pánico al dentista: consecuencias de evitar los tratamientos dentales

Cuando una persona no va al dentista por fobia, incluso cuando está teniendo un dolor en su boca, puede generarse el denominado círculo vicioso del miedo dental.

En el momento en que el paciente acaba yendo a la clínica, su problema bucodental ha empeorado, y el tratamiento dental necesario es más complejo que si hubiera habido un abordaje temprano.

Ese tratamiento dental más contundente es lo que hace que la fobia dental persista e, incluso, se intensifique.

Las flores ayudan a que la clínica sea más agradable

 

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