Hemos tenido la oportunidad de hablar con Christian Mulet, socio de MC Dental Studio y un experto con más de 27 años de experiencia en el ámbito de los laboratorios dentales. En esta charla, nos explica los avances en las técnicas y materiales utilizados para elaborar prótesis y otros trabajos dentales. Nos detenemos en particular en el circonio, un material que ha revolucionado el sector por su equilibrio entre estética, resistencia y funcionalidad. Además, este experto comparte su visión sobre cómo la colaboración entre dentista y laboratorio es clave para lograr los mejores resultados para el paciente. En la foto que encabeza esta entrevista, vemos a Christian, a la izquierda, junto a su socio Massimo Esposito.
Laboratorio dental, una profesión con creatividad y precisión
¿Cómo descubriste tu pasión por el trabajo en el laboratorio dental?
Siempre he sido una persona a la que le gustan las cosas manuales y artísticas. De niño, me encantaba dibujar y era de los que desmontaban aparatos en casa para ver cómo funcionaban, repararlos o incluso mejorarlos. Cuando llegó el momento de decidir qué estudiar, un jefe de estudios me sugirió la prótesis dental. La verdad es que no tenía mucha idea de en qué consistía, pero decidí probar. ¡Y acerté de lleno!
Descubrí rápidamente que este trabajo combinaba creatividad, precisión y el uso de las manos, que son cosas que siempre me han gustado. A diferencia de mi mujer, que es psicóloga infantil y desde pequeña sabía que quería trabajar con niños, yo no tenía claro que esto me iba a apasionar. Pero así fue. Me enganchó desde el principio, y aquí estoy, después de 27 años dedicándome a esta profesión.
De la metal-cerámica al circonio: la revolución en los laboratorios dentales
¿Cómo ha evolucionado tu trabajo y los materiales que utilizas en el laboratorio dental?
La evolución en tecnología y materiales ha sido increíble en los últimos años. Antes, en los inicios de la metal-cerámica, las prótesis fijas, como las fundas, se fabricaban con un núcleo metálico formado por distintas aleaciones, y se recubrían con cerámica feldespática. El problema de este método era estético: cuando se ajustaban en la boca, muchas veces quedaba un borde oscuro entre la encía y el diente, lo que hacía que el resultado no fuera del todo natural. Eso no solo hacía que el diente no se viera tan natural, sino que también podía ser un problema para la confianza de los pacientes.
Con el tiempo, hemos pasado a materiales como el circonio, que acaban con ese problema estético y que además ofrecen muchas ventajas funcionales. Pero ese salto no ocurrió de la noche a la mañana. Ha sido el resultado de años de innovación.
¿Estás hablando de los inicios del metal-cerámica?
Sí, en esa época las técnicas odontológicas no estaban tan avanzadas, y era común que aparecieran problemas estéticos, como ese borde oscuro entre la encía y el diente. Con el tiempo, esto cambió con la llegada de lo que llamamos metal blanco, que incluye materiales como el circonio y el disilicato de litio. Estos son mucho más estéticos, porque permiten resultados más naturales en boca. Fue un salto enorme tanto para la funcionalidad como para la apariencia de las prótesis.
La adaptación del laboratorio dental a los nuevos materiales
¿Cómo reaccionó el sector dental cuando aparecieron estos nuevos materiales?
Al principio, como pasa con cualquier novedad, estos materiales eran muy caros. Pero con el tiempo, gracias a la digitalización y la industrialización, las cosas mejoraron muchísimo. Por un lado, el material se volvió más accesible y fácil de trabajar, y por otro, se amplió mucho su uso, pudiéndose aplicar en más casos.
En los primeros años, por ejemplo, el circonio era un material muy duro, lo que limitaba su uso en ciertas prótesis. Ahora se ha desarrollado para tener una parte dura y otra más blanda, lo que lo hace mucho más versátil. Es un cambio que ha facilitado mucho nuestro trabajo en el laboratorio y ha mejorado el resultado final para los pacientes.
El desafío de la dureza del circonio
¿Qué inconvenientes tenía que el material fuera tan duro?
El principal problema es que, al ser tan duro, podía dañar los dientes naturales de alrededor, porque no tenía la flexibilidad necesaria para adaptarse al movimiento y las fuerzas normales que se generan en la boca al masticar. Además, esa rigidez también hacía que el material fuera más propenso a romperse bajo ciertas tensiones o impactos.
Por otro lado, aunque existen materiales como el composite que son muy aptos para la boca, tienen otros inconvenientes, como que se desgastan muy rápido. Cada material tiene sus pros y sus contras, pero con los avances actuales, hemos logrado un equilibrio mucho mejor entre dureza, durabilidad y compatibilidad.
Composite Vs. circonio
Entonces, el circonio era muy duro y el composite tiene el problema de que dura poco, ¿verdad?
Sí, exactamente. En cuanto al composite, lo que sucede es que a veces los pacientes tienen expectativas poco realistas. Es un material muy útil, pero, como los neumáticos de un coche, está pensado para desgastarse con el tiempo. Nadie espera que los neumáticos duren toda la vida, y con el composite pasa algo similar.
Quizás esto tenga que ver con una cuestión cultural, ya que en algunos países, donde los precios pueden ser elevados en comparación con los ingresos, se tiende a exigir que todo sea más duradero. Pero hay que entender que cada material tiene sus límites, y en el caso del composite, su gran ventaja es la estética, aunque no sea tan resistente a largo plazo.
La evolución del circonio: de lo artesanal a lo digital
Sigamos hablando del circonio. ¿Cómo ha mejorado la forma de trabajarlo con el tiempo?
Hoy en día, trabajar el circonio es mucho más sencillo gracias a la tecnología. Ahora lo procesamos con máquinas de diseño y fresado, que nos ahorran muchísimo tiempo y esfuerzo. Pero el toque final sigue siendo cosa nuestra, de los técnicos de laboratorio, porque ahí es donde ajustamos y personalizamos cada pieza para que quede perfecta.
En cambio, cuando trabajábamos con metal, todo era mucho más laborioso. Era un proceso muy artesanal, lleno de pasos complejos, muchos de los cuales estaban orientados a ocultar el metal para que no se viera en la prótesis. Con el circonio, esos problemas han desaparecido, y el trabajo es más rápido y más limpio, tanto para nosotros como para el resultado final en la boca del paciente.
El reinado del circonio
¿Dirías que el circonio es hoy el material más utilizado?
Sí, sin duda. Hoy en día, alrededor del 80% de las fundas y prótesis dentales se elaboran con circonio. Es un material que lo tiene todo: es resistente, duradero y, lo más importante, su apariencia es muy similar a la de los dientes naturales. Por eso ha desbancado a otros materiales en la mayoría de los casos.
El metal-cerámica todavía se utiliza, pero ya solo en situaciones muy específicas, como cuando no es posible usar circonio por cuestiones técnicas o funcionales.
Limitaciones del circonio
¿En qué casos no se recomienda usar circonio?
El circonio no es la mejor opción cuando faltan varias piezas seguidas, por ejemplo, dos palas: los incisivos centrales. Aunque es un material muy resistente, sigue teniendo cierta fragilidad frente al estrés de masticar en esos casos. Si faltan dos piezas seguidas, el circonio puede sufrir y no ofrecer la durabilidad necesaria.
Para estas situaciones, tenemos soluciones mejores. Por ejemplo, se puede utilizar un metal interno, como el titanio, por debajo del circonio, para reforzar así la estructura. De esta manera, se combinan la resistencia del metal con la estética del circonio.
En cambio, si hablamos de un puente entre un premolar y un molar, o de un implante dental individual, el circonio funciona perfectamente. Es un material excelente, pero como todo, tiene sus límites según el caso.
Soluciones combinadas cuando faltan muchos dientes
¿Y qué opciones hay si faltan muchos dientes?
En estos casos, combinamos materiales para que el resultado sea el mejor posible. Abajo usamos composite, que es más económico y funcional. Arriba, donde la estética importa más, apostamos por circonio reforzado con barras de metal, que garantiza resistencia y durabilidad. De esta forma, conseguimos una solución que funciona bien, se ve natural y se adapta a cada paciente.
Diferencias entre el circonio y el disilicato de litio
¿Cuáles son las principales diferencias entre el circonio y el disilicato de litio?
La principal diferencia está en la estética. El disilicato de litio ofrece resultados más naturales porque imita mejor los colores y la translucidez de los dientes reales. Por eso, se suele usar en zonas más visibles, como los dientes delanteros. El circonio, en cambio, tiene una base más opaca porque, aunque técnicamente no es un metal, su estructura inicial se comporta de forma similar. Sin embargo, a medida que disminuye su dureza en las nuevas versiones, se vuelve más translúcido y estético, lo que permite usarlo en más situaciones.
En resumen, el disilicato de litio es ideal para casos donde la estética es clave, mientras que el circonio sigue siendo una opción más versátil y resistente para zonas que requieren más fuerza.
Usos del disilicato de litio en odontología estética
¿En qué casos se utiliza el disilicato de litio?
El disilicato de litio es perfecto para carillas, fundas y algunas prótesis, especialmente cuando se busca un resultado muy estético. Su apariencia natural lo hace ideal para las zonas más visibles de la boca.
Eso sí, tiene sus complicaciones. Es un material más difícil de manejar para el odontólogo, ya que la cimentación en el diente es más delicada y exige mayor precisión. Además, una vez que se coloca, no se puede retirar, lo que significa que el procedimiento debe ser impecable desde el principio.
¿Es cierto que el disilicato de litio se utiliza mucho en carillas?
Sí, se usa muchísimo en carillas. Es un material que combina muy bien estética y durabilidad, por eso es tan popular. De hecho, podríamos decir que el disilicato de litio es una evolución del circonio, con ciertas mejoras para este tipo de tratamientos.
Eso sí, para que el circonio o el disilicato se adhieran bien al diente, es necesario hacer rugosa la superficie. Además, el profesional de la clínica dental debe ajustar muy bien el color del cemento dental para que el resultado sea lo más natural posible.
Por otro lado, las carillas de cerámica feldespática siguen siendo una opción, pero son más caras porque requieren un proceso muy artesanal.
Fresado: diferencias entre circonio y disilicato de litio
Tanto circonio como disilicato de litio deben ser fresados.
Sí, ambos materiales necesitan ser fresados, pero la forma de trabajarlos es diferente.
El circonio es más fácil y rápido de manejar porque lo puedes fresar cuando todavía está en estado blando, como si fuera yeso. Una vez que le das la forma, lo colocas en el horno para endurecerlo. Esto simplifica mucho el proceso.
El disilicato de litio, en cambio, solo se puede fresar en su estado duro, lo que lo hace más laborioso. Para trabajarlo necesitas fresas más agresivas, ya que el material es más resistente desde el principio. Esto añade un paso extra y lo hace un poco más complicado para nosotros en el laboratorio.
Circonio: eficiencia en el laboratorio dental
¿Podemos decir que el circonio facilita el trabajo?
Sí, el circonio facilita mucho las cosas en el laboratorio. Los discos de circonio con los que trabajamos están diseñados con dos zonas diferentes: una parte más dura, que queda en contacto con la encía y es menos estética, y otra más translúcida en la sección incisal, que es la parte del diente que toca los dientes antagonistas. Esto ayuda a que las prótesis sean funcionales y, al mismo tiempo, estéticas.
Además, los discos de circonio son un 25% más grandes cuando los trabajamos. Durante el proceso de sinterización, el material se calienta a temperaturas muy altas, lo que hace que las partículas se compacten y el disco alcance su tamaño final, ganando toda la resistencia que necesita. Este proceso permite aprovechar mejor el material, ahorrando tiempo y reduciendo costes en el laboratorio.
Eso sí, en términos puramente estéticos, todavía tiene algunas limitaciones frente a materiales como el disilicato de litio.
Circonio, un material que combina eficiencia y calidad
El circonio no es perfecto, pero ofrece resultados muy equilibrados, ¿verdad?
Exacto, el circonio tiene sus limitaciones, pero es un material muy equilibrado. Por eso los grandes laboratorios dentales, que en los últimos años han recibido muchas inversiones de fondos de inversión, han apostado fuerte por él.
Una de sus grandes ventajas es que permite un trabajo en línea, casi como en una cadena de producción. Esto facilita la industrialización del proceso, algo que no sería posible con otros materiales, ya que requieren métodos más artesanales y mucho más tiempo de trabajo.
En ese sentido, el circonio se adapta perfectamente a las necesidades de un sector que busca eficiencia sin renunciar a buenos resultados.
Valor de los laboratorios dentales independientes
¿Qué valor crees que aportan los laboratorios dentales independientes?
Los laboratorios independientes ofrecemos algo que las grandes empresas no pueden dar: un trato personalizado. Si un dentista quiere hablar directamente con un técnico, en un gran laboratorio tendrá que superar muchos obstáculos. En cambio, nosotros podemos atenderlo de forma cercana y directa, lo que marca la diferencia en el resultado final.
También damos un asesoramiento especializado, algo fundamental en un sector que nunca será completamente industrial. Al final, este trabajo tiene un componente artesanal muy elevado, porque cada boca es única. Por eso, en un laboratorio independiente podemos centrarnos más en la estética y en los detalles, logrando mejores resultados personalizados.
Los grandes laboratorios trabajan a volumen, lo que les permite producir rápido, pero esa forma de trabajar es más vulnerable cuando surgen problemas. En cambio, nosotros podemos adaptarnos mejor a cada caso, sin perder de vista la calidad.
MC Dental Studio, un laboratorio dental comprometido con la digitalización
Vuestro laboratorio es el resultado de la fusión de dos pequeños laboratorios creados por profesionales, ¿verdad?
Sí, exactamente. Hace dos años decidimos unir los laboratorios que habíamos creado Massimo Esposito y yo. Una de las razones principales de esta fusión fue la necesidad de digitalizar los procesos. Juntos, pudimos combinar recursos y conocimientos para dar ese salto tecnológico que hoy es imprescindible en nuestro sector.
Diálogo entre técnico de laboratorio dental y dentista
¿Cómo de importante es que la relación con el dentista sea fluida y precisa?
El diálogo entre el dentista y el laboratorio dental es clave. Cuando funciona bien, todo fluye mejor: los trabajos se agilizan, los problemas se detectan y se solucionan a tiempo. Hacemos todo lo posible para evitar que el paciente tenga que volver a la consulta por ajustes, porque eso no solo afecta al paciente, sino también a la clínica, que pierde tiempo y rentabilidad al tener un box ocupado de más.
Nuestro trabajo es encontrar soluciones, las que sean. Esto no es sota, caballo y rey. Cada caso es diferente. Pero con una buena comunicación, todo es mucho más sencillo. Por eso hay dentistas que confían en nosotros desde hace 20 años, porque saben que, más que un proveedor, somos un equipo que trabaja con ellos.
Materiales dentales favoritos de los dentistas
¿Qué materiales prefieren usar los dentistas?
Con el disilicato de litio, por ejemplo, tenemos un material de altísima calidad y estética, pero es laborioso de trabajar en clínica. Depende mucho de la habilidad del odontólogo y requiere una gran inversión de tiempo y planificación. Es normal que el disilicato haga «resoplar» al dentista, porque no es un material sencillo. Sin embargo, sus resultados son espectaculares: es poco invasivo y, con una mínima reducción del diente —a veces solo 0,5 milímetros—, puedes conseguir una carilla con un acabado increíblemente natural.
En el caso del metal-cerámica, los dentistas suelen enfrentarse a los prejuicios de los pacientes, porque es un material menos estético.
¿Qué papel juega el técnico dental en la elección de materiales?
Es fundamental que el dentista escuche al técnico, porque nosotros conocemos bien los materiales y cómo se comportan en cada caso. Esa colaboración es clave para elegir lo mejor para cada paciente.
Por otro lado, con el circonio reforzado con un alma de metal (un soporte interno), logramos una mayor resistencia, pero implica un coste más alto y un proceso más laborioso que con el circonio puro.
En cualquier caso, la confianza y la comunicación son esenciales. El técnico debe poder decirle al dentista si algo no encaja, y el paciente tiene que estar dispuesto a confiar en el criterio de su odontólogo para obtener el mejor resultado posible.